lunes, 5 de marzo de 2012

Discriminación social por negarse a ser mamá


Por Maibort Petit

Es latina, colombiana, tiene 39 años, independiente, alegre, trabajadora y estudiosa. Maria Elena Consalve se niega a ser mamá, y bajo ningún concepto quiere acoplarse a la llamada función natural que le impone la sociedad a las mujeres.
Me niego-dice- a la reproducción, me niego a tener hijos, a ser una más del montón. Decidí no ser madre de manera consciente, nadie me obligó a ello y por haber tomado esa decisión de manera voluntaria estoy siendo discriminada e incomprendida en mi círculo social.
Y es que Maria Elena Consalve no es la única mujer que ha sufrido las críticas por negarse a ser mamá. Rosa Virginia Chacín, residente de la Florida y de padres guatemaltecos también ha sido discriminada por sus familiares y amigos por haber decidido a los 35 años no ser mamá.
A pesar de los grandos avances que ha experimentado la sociedad de nuestros tiempos, aún persiste la no aceptación de una mujer que decida no ser madre de manera voluntaria.
“Muchas han escrito sobre este tema que se ha convertido en un tabú en las sociedades modernas, donde las mujeres han decidido no ser madres o aceptar la materinidad después de los 40 años. 
Muchas mujeres acuden al médico para evitar tener hijos en la edad temprana y luego regresan a las clínicas de reproducción para tener hijos a los 45 o 40 años de edad. Los tiempos han cambiado sí se observa que hace 4 décadas atrás era impensable que una mujer después de los 40 años tuvieran hijos, pero más difícil aún es que mujeres que estuviesen aptas para reproducirse decidieran no ser madres voluntariamente.
Pareciera que la sociedad actual está preparada para todo, menos para aceptar a una mujer que decide no ser madre. Ese arquetipo ha alimentado una discrimianción social contra las mujeres que sin ningun motivo  deciden no reproducirse.

A menudo, a las mujeres sin hijos se les tilda de egoístas dice Consalve quien señala que la decisión de no tener hijos es algo distinto de la imposibilidad de tenerlos, ha sido una opción real para parte de la población mundial desde el nacimiento y la extensión de la píldora y otros métodos anticonceptivos en la década de los 60 del siglo pasado. 
Acota que la decisión de la no maternidad debe ser libre, pero también plenamente consciente y que la mujer que la toma no puede arrepentirse cuando el reloj biológico no se lo permite.