sábado, 5 de septiembre de 2015

¿ Qué hacer con los adolescentes adictos a los videojuegos?

Por Maibort Petit

Probablemente ustedes se han topado con padres desesperados porqué no saben qué hacer y cómo actuar frente a un problema que nos afecta a todos aquellos que tenemos hijos adolescentes y que, en cierta manera, se han convertido en adictos de los video juegos.

Hay informaciones preocupantes que relatan cómo los videojuegos afectan la escuela, la cotidianidad, las relaciones interpersonales y la vida en general de cientos de miles de jóvenes que se han convertido en adictos a los video juegos.
Muchos estudios concluyen que aproximadamente un 98% de los adolescentes tiene a los videojuegos como su principal forma de entretenimiento en los últimos años. Sí este porcentaje es cierto, entonces estamos frente a un mal que amerita nuestra atención y nuestra actuación.

Un estudio publicado por el Diario La Nación señala que de ese 98 % la mitad tiene problemas con ese hobby y reconoce que, de algún modo, le altera su vida cotidiana. Además, un 15% ya está en zona de riesgo: juegan todos los días más de cuatro horas; los irrita que los interrumpan; dejan de lado salidas con los amigos, la familia o los deportes para sentarse frente a la pantalla; sienten que no pueden dejar de jugar y, si lo hacen, están permanentemente pensando en volver a jugar. Y hay más: el 21% reconoce que apuesta -dinero real o virtual, en forma de "vidas" en el juego, por ejemplo- al menos una vez al año. Con efectivo, esta práctica es habitual entre los varones cuando se encuentran en sesiones de juegos de consola.

Otra investigación  


La Universidad de Michigan también presentó los resultados de un estudio sobre las consecuencias que generan los videos juegos en los adolescentes.  El estudio revela que muchos niños y jóvenes que juegan con la computadora, las tabletas, los teléfonos celulares o las consolas pierden sus capacidades de relacionarse con el entorno real. Luego de muchas horas de juego, en su mente se produce confusión, un 56 % por ciento de los adolescentes elige juegos de violencia o de mucha adrenalina, de competencia, especialmente, los varones. 

El estudio revela que el juego altera la vida del individuo, y que se trabaja en la realización de criterios clínicos internacionales para el diagnóstico de la patología del juego. La evaluación de más de mil niños refleja las variables como definición de la conducta, toma de decisiones. Por ejemplo, si los niños están en disposición de parar por sí mismos de jugar qué tipo de actitud asumen, y en la mayoría se expresa irritación, pataletas, mala conducta y hasta odio a los padres y deseos de venganza. Un 50 por ciento de los niños  que juega más de 4 horas diarias, lo cual es bien preocupante, no refleja la adicción como problema en sí, son los llamados de baja intensidad. No obstante, la otra mitad presentó problemas patológicos con los videos juegos. Un porcentaje superior al 30 por ciento jugaba todos los días mas de cuatro horas y no respondía a los llamados de los padres por lo que se convirtieron en factores de riesgo, mientras que el restante 20 por ciento fue calificado como adictos. 

La investigación aconseja hacer todo lo posible para evitar que las horas de juego sean prolongadas, que los padres se mantengan atentos a los amigos online de sus hijos. Es esencial para el tratamiento de estas conductas se aconseja que puedan monitorear el uso del mundo virtual, ya que el mismo conlleva a mayores riesgos.

El estudio señala los criterios de juego compulsivo, y cómo actuar cuando los niños no pueden contener las ganas de seguir jugando.  Las sensaciones de alegrías, tristezas, enojo, cansancio, frustración, envidia  fueron evaluadas en los participantes, al igual que el hambre, el sueño y el aburrimiento junto a los deseos de estar solo o acompañado.

El grupo de más riesgo es el de varones entre 12 y 17 años.  Como padres responsable por la salud de nuestros hijos debemos intervenir en el proceso que los lleva a padecer de una adicción de esta naturaleza. La calidad del tiempo que pasamos con nuestros hijos, las actividades al aire libre, las actividades extra curriculares, el autoestima, las elaboración de un calendario de metas a lograr los aleja de las consolas de videojuegos.

No basta comprarle todos los juguetes costosos del mercado, la última versión del video juegos para mantenerlos entretenidos. Hay que dedicarle tiempo y mucho amor...esa parece ser la mejor medicina frente a esta epidemia que atrapa a las nuevas generaciones.




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